Notas
El gráfico de la semana: Invertir en los robots y en la gente
Una ingeniera ajusta un brazo de un robot en una planta de robótica en Shenyang, China, donde los robots industriales se usan mucho para la manufactura
Con más o menos 1 millón de robots en servicio en Asia, la robótica y la automatización encierran riesgos económicos y oportunidades de crecimiento para la región. Para que Asia pueda aprovechar al máximo la oportunidad digital como el principal motor del crecimiento mundial, los países necesitan modernizar los sistemas educativos e invertir en innovación a fin de respaldar la fuerza laboral de humanos y robots por igual.
En un momento en que las tecnologías digitales, como la inteligencia artificial, transforman los modelos de negocios, el surgimiento en Asia del uso de la robótica industrial, es decir la robótica utilizada en la manufactura como por ejemplo en soldaduras, revela que hay cambios en marcha.
Como lo muestra nuestro gráfico de la semana tomado de la última edición de Perspectivas económicas regionales: Asia y el Pacífico, Asia se encuentra en la vanguardia de la automatización, con un 65% estimado del uso de la robótica industrial en 2017. En Asia, China hoy es el principal usuario, con un 50% estimado de la utilización total de la robótica industrial en la región, seguida de Corea y Japón.
Por lo tanto, no sorprende que Asia, con todos estos robots, tenga la densidad robótica (es decir, el número de robots industriales por cada 10.000 trabajadores) más alta del mundo. Corea y Singapur son los líderes mundiales en densidad robótica, seguidos de Alemania y Japón.
Además, Asia puede ser el líder mundial en el empleo de robots industriales, pero también es la región con el uso más elevado de producción robótica: Japón y Corea son los dos productores más importantes del mundo, con cuotas de mercado de 52% y 12%, respectivamente.
Los robots al mando
Con más de la mitad del uso mundial estimado de robótica industrial, la inversión asiática en este terreno muestra lo crucial que es la automatización de la producción para las economías de la región.
Sin embargo, ni la automatización ni la digitalización son novedades. Los recientes avances en materia de potencia de las computadoras y la poderosa generación de datos dotan a los robots de mayor capacidad cognoscitiva, y la última generación de robots pueden recopilar datos para adaptar sus movimientos en tiempo real. Eso significa que las máquinas ahora pueden hacer trabajos complejos que antes exigían aptitudes humanas.
Esta tendencia podría plantear problemas para los trabajadores en Asia, donde la mano de obra relativamente poco costosa y poco calificada ha sustentado la función de la región en su calidad de «la fábrica del mundo». La presencia de más robots que humanos a cargo de tareas técnicas podría reducir significativamente el costo de la actividad comercial, e incluso los costos laborales. El resultado es que los trabajadores podrían verse desplazados, dado que los productores, en lugar de tener que pagar sueldos, probablemente usen robots que cuestan menos y trabajan con más eficacia.
La brecha digital versus el dividendo digital
El movimiento hacia una mayor automatización y digitalización podría hacer surgir retos económicos mundiales, pero también ofrece oportunidades para que Asia estimule la economía y coseche el dividendo digital; es decir, los beneficios económicos de la digitalización.
Para no perder la competitividad internacional y mantener en marcha el principal motor del crecimiento mundial, las autoridades de Asia deben enfrentarse a los trastornos causados por la automatización y la robótica respaldando la creación de empleos sin sofocar la innovación. Proteger este delicado equilibrio es difícil, pero entre las políticas que pueden ayudar cabe mencionar las siguientes:
A través de la modernización de la educación, dotar a la gente que busca empleo de aptitudes que les permitan competir a escala internacional.
Invertir en infraestructura física y regulatoria que apoye el espíritu de empresa, la innovación y la competencia.
Abordar los retos sociales y laborales, entre otras cosas mediante la aplicación de medidas de redistribución del ingreso y establecimiento de redes de protección social.
Para más detalles sobre las políticas encaminadas a lograr este cambio, no se pierda la próxima edición del informe Perspectivas económicas regionales: Asia y el Pacífico. El informe se centra en la economía digital y el impacto económico de la digitalización y la automatización en Asia, y las políticas pensadas para cosechar los dividendos digitales.
LA NACION
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