Chaco: Maíz, soja, sorgo y algodón con buen desarrollo pese a avatares climáticos

El campo rehace cuentas y prepara el nuevo ciclo agrícola que arranca en mayo próximo.

ASUNCION, 01-04-2021 (Chaco 4.0) – La actividad rural sigue siendo el ancla sólida que sostiene la actividad en el Paraguay, agitado -como el resto del mundo- por los devastadores efectos de la pandemia. El Chaco, por sus características especialmente duras en términos climáticos y de infraestructura, muestra su vigor y dinamismo con una producción agropecuaria que no detiene su ritmo pese a los avatares climáticos que allí son especialmente duros, mucho más que en la región Oriental.

“El mundo rural, la producción agrícola, pecuaria, forestal, así como los demás eslabones industriales, de comercio y servicios de las distintas cadenas de valor agropecuarias, no sólo lograron estabilizar la macroeconomía en 2020, sino también aportaron a contener el desajuste social provocado por la pandemia”.

Este análisis se desprende de las cifras que arroja la Encuesta Permanente de Hogares que permite evaluar el desempeño de la economía durante la fase de desarrollo y permanencia de la pandemia en el Paraguay.

Mientras la pobreza en las ciudades pasó de 17,5 a 22,7 %, es decir un aumento más que significativo del 5,2 %, la pobreza en el campo que era del 33,4 en 2019 se incrementó apenas un 0,6% llegando en 2020 al 34 %.

Esto se debe esencialmente a dos factores. Uno de ellos, que la producción de rubros de consumo debió seguir su curso prácticamente sin afectación en su ritmo habitual.

Y por el otro, la agricultura a escala mantiene su ritmo habitual, con un creciente efecto expansivo sobre el comercio, la industria y los servicios asociados.